sábado, 3 de diciembre de 2011

Torneo Argentino A/ 17º Fecha: El Santo no brilló pero sumó

 Alumni (VM) 0 - 0 Juventud Antoniana.

Si algún amante del fútbol pretendía ver algo bueno en Plaza Ocampo anoche, realmente tuvo una mala elección.
Alumni y Juventud Antoniana de Salta redondearon un partido de una chatura tan grande como el cero que imperó en el estadio y se quedaron con un punto que castiga más de lo que premia.
El equipo villamariense se quedó con las ganas de hacerse fuerte en casa con una victoria y espera que hoy no sume Unión de Sunchales, en la lucha por la permanencia en la Zona Norte. Mientras, el elenco salteño se llevó un puntito que lo sube un poco en la pelea de arriba, aunque dejó una imagen pobre en cuanto a lo que deben ofrecer aquellos que buscan objetivos de máxima.
Más allá de lo que significó el empate, estuvo el juego escaso, triste, casi nulo. Ninguno pudo prevalecer con su fútbol y, de acuerdo a las situaciones de gol, daba la sensación de que nadie merecía ganar.
Alumni entendió que había que morder y discutir la pelota en todos los rincones de la cancha. Así lo hizo. Pero en esa historia de jugar “con el cuchillo entre los dientes” (tal como lo había pedido el defensor Maximiliano Rosales), faltaron ideas claras para gestar una acción clara de tres cuartos de cancha en adelante.
Encima, los dos equipos jugaron con un solo delantero cada uno y, si bien tenían intenciones de progresar con los volantes por afuera, hubo mayor convicción en la recuperación que en la creación.
En el primer tiempo, Alumni dependió de la inspiración de Fernando Brandán, quien se movió para recibir y poco a poco su figura se fue desvaneciendo porque no encontró con quién dialogar en ataque.
La jugada más clara del equipo local en esa etapa llegó por intermedio de la pelota parada: tras un córner, Federico Silvestre apareció de frente al segundo palo y remató fuerte de primera, sin embargo, el arquero Gustavo Pérez se jugó la vida y desvió la pelota en la línea de sentencia.
Ahí pareció que el partido se animaba porque, en la réplica, Juventud Antoniana fabricó su mejor avance, de contragolpe, cuando Leonardo Acosta recibió un pase largo, se metió al área y definió por encima de Hernández. La pelota dio en el travesaño, se fue y el cero siguió impregnado en el campo.
El entrenador Miguel Angel López buscó cambiar la imagen del equipo en el complemento porque sacó a Ezequiel Reina (irresoluto cuando llegó al ataque) y puso a Juan Aimar para mejorar en el pase final.
El problema fue que Juventud Antoniana, como Alumni, tuvo seguridad en el fondo y ganó en el mano a mano seguido, manteniendo el partido lejos del arco de Pérez.
Apenas un arrebato personal de Lucas Gómez, pasando a un defensor para sacar el remate rasante, hizo revolcar al guardametas a los 12 minutos.
En lo demás, el conjunto local -con Martín Dopazo en cancha para desnivelar con velocidad- fue al frente sin prosperar, pese a que la defensa presionó bien y controló cualquier intento de contragolpe del visitante.
Gómez tuvo la última chance, esta vez por izquierda, cuando fue habilitado en el área y su remate se desvió en el arquero, la pelota dio en el palo y terminó nuevamente en las manos de Pérez.
Pudo haber cambiado la historia si el árbitro Luis Lobo Medina cobraba una mano polémica tras un centro de Aimar, en tiempo de descuento. Igual, el juez interpretó que no hubo intención y la noche quedó en la bronca de los hinchas y de todo Alumni por ese fallo.
La cuestión es que todo se voló con el cero. Un empate que sólo el futuro dirá si fue importante.

Fuente: eldiariocordoba.com.ar

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