lunes, 4 de febrero de 2013

A-Prieto el pomo y festejo

El santo todavía está vivo: le ganó el clásico al albo con garra, tozudez y por un sablazo de Hugo Prieto en el último suspiro. 

No se confunda. Juventud Antoniana está vivo. Se despertó de su estado somnoliento, aún respira y le responden todos sus signos vitales. Así lo demostró en la victoria de anoche sobre el líder Gimnasia y Tiro por 2 a 1, gracias al botín de Hugo Prieto que encendió la red en los minutos finales. Pero también por ser más ambicioso, por buscar el partido cuando las papas quemaban.

Al clásico arrancó jugándolo mucho más enchufado Juventud: ajustó las líneas y presionó al albo en la salida: a lo guapo, ganando en todos los sectores, anticipándose en todos los rebotes. A los 4 min, tras un envenenado desborde de Acosta, que llegó hasta el fondo y tocó con precisión, fue Triverio quien apareció sin marcas para enfrentar a Mulieri, y tras un rebote del uno definió por arriba en complicidad con el travesaño para que el balón duerma en la red. Era el 1-0 que presagiaba una noche santa.
Pero, con el correr de los minutos, el puntero reaccionó y empezó a crecer, a hacer circular el balón y se animó. A los 37', el enésimo córner de un Gimnasia que empezaba a inclinar la cancha fue productivo: centro de Vezzani, la peinó Agudiak y Ceballos, de cabeza, igualó el pleito.
Sin embargo, el tedio imperó en el complemento: la pelota circulaba lejos de los arcos y los desaciertos predominaban. Era el infaltable duelo de hinchadas el que le daba color al clásico, ante la apatía de sus protagonistas en cancha. Pero a la modorra la sacudió, primero, el ingresado Tabáres, a los 32', con un centro que le salió al arco y reventó el travesaño. Y en el momento de mayores bostezos y cuando el empate parecía juzgado, apareció Prieto, con un misil por debajo disfrazado de tiro libre, para que el balón rebote en el palo, en la espalda de Mulieri e infle la red. Ganó bien Juventud, porque fue más ambicioso en ese tramo final y por el misil del sureño: A-Prieto el pomo.

La gran polémica
El árbitro del encuentro, Fernando Espinosa, fue el centro de todas las miradas y tuvo una actuación para el olvido. Si bien se excusó en el penal no cobrado de Angel Pedroso a Henry Sáez (ver aparte), fue el protagonista de la principal polémica del clásico, que le dio un giro al encuentro e incidió en el resultado. A los 40' del complemento, cobró una falta inexistente de Federico Rodríguez a Triverio, situación que desembocó en el gol de tiro libre de Prieto. “El defensor de Gimnasia se trepó arriba del delantero, a esa falta la cobramos en cualquier sector de la cancha, en este caso fue en la puerta del área y en un clásico. Es fácil juzgar después de un partido en el que todos tenemos la adrenalina a mil”, se defendió Espinosa tras el encuentro.

Fuente: Mariano Fradejas (El Tribuno).

El Chat de los Antonianos