viernes, 25 de marzo de 2011

Es hora de pensar a lo grande

Un nuevo proyecto que es tirado por la borda y van… La ida de Solari no es un despido más a un técnico que llegó a Juventud con una idea clara de trabajo, sino que es dejar escapar la posibilidad de poder mantener seriamente un proceso a largo plazo que permita en un futuro resultados positivos.

Ante una nueva decisión equivocada por parte de esta Comisión Directiva no les queda otra que apelar a la demagogia para subsanar de alguna manera los errores cometidos. En cuestión de 24 hs, se pasó de hablar de Solari a que el tema más candente en los medios sea volver a jugar en el Fray Honorato Pistoia. ¿Demagogia con el hincha? ¿Una cuestión política en épocas de elección en el Club?

Es fácil apelar a esto porque el antoniano lo que más anhela y sueña es volver al Santuario, y ver jugar al equipo en “su casa” lugar donde supo vivir muchas alegrías, grandes satisfacciones e inolvidables momentos que se quedaron grabados en la memoria y en la retina de cada hincha.

Los fracasos pesan sobre las espaldas de los directivos y la balanza indica que las malas decisiones, los errores, desaciertos y equivocaciones en materia futbolística son constantes; entonces es más fácil buscar una idea política, que apele a las emociones y sentimientos del hincha, para dejar atrás falencias y se pueda mantener una dirigencia que sólo es irreprochable desde lo administrativo porque después demostró que carece de un planteamiento, pensamiento, concepción y noción real de lo que es que un club crezca institucional, social y deportivamente.

Los errores a lo largo de estos años fueron cometidos y son compartidos por todos, dirigentes que toman malas decisiones, planteles que nunca terminaron de comprometerse con la camiseta, técnicos que llegaron con discursos que nunca supieron sostener e hinchas que no hicieron, ni hacen valer su voz y voto para poder cambiar las cosas, porque la “unión hace la fuerza”, porque no alcanza con sólo apoyar, sino que hace falta la presencia con ideas y compromiso por parte del antoniano.

Llegó la hora de cambiar la exigencia para crecer

Cuando se inicia un proyecto en la vida personal o social lo más importante es saber cuál es la necesidad que nos motiva para llevar a cabo un propósito que sea beneficioso para todos, en este caso, para Juventud Antoniana.

La necesidad imperiosa en el Santo siempre fue la de ascender, pero durante estos últimos 5 años nunca se pudo lograr ese objetivo. Quedó demostrado entonces, que es hora de cambiar la necesidad, exigencia, el apuro y la obligación que se planteó porque indudablemente algunas cuestiones no se están ejecutando ni se logran aceitar de manera interrelacionada para poder satisfacer esta necesidad del ascenso que todos quieren.

Inversiones y presupuestos importantes, mucho esfuerzo, trabajo e intereses en juego es lo que queda en la nada cuando se suman fracasos tras fracasos. Sin lugar a dudas, hay que replantearse el proyecto que se pretende, marcar nuevos objetivos dentro de los límites presupuestarios, de las calidades que se pretenden y en el tiempo estimado. Porque no puede volver a suceder que se prescinda de los servicios de un entrenador porque no alcanza el presupuesto. ¿Acaso, no planificaron seriamente antes de traer un DT las variables de que una campaña funcione o no?

Aunque los tiempos políticos no son los mismos que los tiempos deportivos, es hora de empezar a mirar para adentro y ver qué tenemos como Institución, mirar las necesidades primarias que tiene el Club. Y la obligación, de una buena vez por todas, debe ser la de mirar y trabajar por el semillero, apostar, invertir y esperar para luego poder soñar a lo grande. Recuperar el espacio físico para poder jugar como corresponde los partidos del Torneo.

Sin orden, disposición y sin un esqueleto organizado dentro del Club, (entiéndase por departamentos para inferiores, de prensa, etcétera), nunca habrá una estructura que nos lleve a crecer porque sin cimientos sólidos muy difícilmente lograremos el éxito que se desea. Que el éxito nos encuentre firmes y estables desde lo institucional, social y deportivo para recién embarcarse en un nuevo proyecto.

Basta de sumar fracasos disfrazados de éxitos...

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