domingo, 23 de enero de 2011

Torneo Argentino A: Debut con derrota

Juventud Antoniana 0 - 1 Gimnasia (CDU).

Nada cambió, todo sigue igual, el barco se hunde y nadie toma la posta para salvarlo. Y ni Jorge Solari pudo inyectarle a Juventud Antoniana una fisonomía distinta a la pobrísima versión del santo de Pedro Monzón. Nada cambió, todo sigue igual, porque Juventud volvió a ser un equipo previsible, sin sorpresa, sin un cambio de ritmo, y le facilitó durante toda la tarde el trabajo a los defensores y volantes de Gimnasia de Concepción del Uruguay, tirando uno y mil pelotazos.

Nada cambió, todo sigue igual, porque Maximiliano Antonelli, la torre que posee el santo arriba erra goles insólitos como pasó ante el lobo entrerriano, y su compañero de fórmula, Facundo Ermini, corre sin sentido, embarulla el ataque y nunca es claro a la hora de pisar el área.

Nada cambió, todo sigue igual, porque en Juventud muchos de sus jugadores se esconden ante la adversidad. Y lo que es peor aún, este santo se acostumbró a perder, no sabe qué hacer ante la primera adversidad, ante el primer golpe. Queda nocaut, sin respuestas anímicas y futbolísticas, aún cuando Gimnasia de Concepción del Uruguay se quedó con un hombre menos (PT 9’).

Al lobo entrerriano con la simple fórmula de ser un equipo compacto, sólido, y ordenado le bastó para llevarse una victoria justa del Padre Martearena, con un zapatazo de Jorge Del Bono en un tiro libre que dejó la pelota en el ángulo (PT 35’).

Quizás, el consuelo que le quedaba al hincha antoniano era que Juventud pudiera cambiar a partir de los refuerzos que llegaron. O bien, que el árbitro Pedro Argañaraz (de mal trabajo) no le cobrara tres penales clarísimos (dos manos dentro del área y una infracción a Mauro Cantoro, cuando se iba solo al gol).

Pero claro que utilizar como argumento que se perdió por un penal no sancionado es muy pobre, como fue el trabajo que realizó durante los noventa minutos Juventud Antoniana; porque aún con diez hombres, el lobo entrerriano tuvo una chance clarísima en los pies de Pinto que no pudo aprovechar definiendo por arriba de Bertoya.

Nada cambió, todo sigue igual, porque esta nueva versión sigue siendo tan pobre como la otra, con jugadores que todavía no demostraron el porqué llegaron hasta la Lerma y San Luis, y la situación ya es más que preocupante cuando el objetivo de clasificar se va esfumando y la fortaleza en el Martearena ya no es tal.


Fuente y foto: El Tribuno.

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