domingo, 30 de agosto de 2009

Torneo Argentino A: Primera derrota del Santo, que duele pero no desilusiona

Juventud Antoniana no pudo ganar de local y de la manera en la que perdió dejó un sabor más que amargo en los hinchas antonianos, en los jugadores, que sin lugar a dudas jugaron el peor de los partidos, y en el mismo entrenador que se fue muy amargado por la derrota. Esto, es sólo el comienzo pero por las expectativas que había despertado este equipo provocó en toda la gente enojo pero no desilución porque el Santo sabe como recuperarse de las peores situaciones y esto pasará a ser sólo un traspié.


El calor agobiante en la tarde de ayer en toda la ciudad salteña se sintió bastante pero eso no impidió para que las tribunas del estadio Martearena, se vistieran de color y cotillón con los 8.000 antonianos que se hicieron presentes. La gente en las plateas y popular no se terminaban de acomodar que el árbitro Mazón dio el pitazo inicial.
Central Córdoba arremetió de entrada con mucha seguridad y velocidad; así fue que las primeras llegadas más claras de gol fueron del conjunto santiagueño. El equipo de Gustavo Coleoni, parecía que tampoco se había terminado de acomodar en la cancha que tuvo que empezar a defenderse.
Desde las tribunas se pensó que los primeros ataques del visitante iban a ser sólo un susto en el arco y que Aguiar resolvería todo con seguridad y facilidad. Pero el desarrollo del encuentro indicaba otra cosa y Juventud era superado de a poco por un rival que sorpr
endió con la dupla de "pelados Barreto - Saenz" que hicieron estragos con la defensa antoniana.
Cuando el Santo parecía que se despertaba y los santiagueños se tomaban una siesta ya se jugaban los últimos minutos del primer tiempo. Pero era inidicio de que en el complemento saldría el Juventud que todos querían ver.
Comenzó a jugarse la segunda mitad, el aliento de ambas hinchadas era constante y el duelo de cánticos se hizo presente, Central salió con la misma mentalidad y el mismo juego y así a los escazos minutos abrieron el marcador con el "Sacha Saenz". Era ese el momento para que Juventud abriera los ojos, haga valer su localía, pueda desplegar su juego y sea como siempre protagonista, pero.... no fue así.
En cancha estaba un "Beto" Acosta que no tenía brújula y no cumplía con su función de desbordar por el lateral izquierdo y tirar el centro, quizás no se sentía cómodo en esa posición. Un Conrado Besel que no aportó nada, un Marcos Navarro que estaba "en otra", un Carlos Medina y Eric Schmil que les costó recuperar el balón y dar pases precisos.
La defensa antoniana dormida y Suárez se escapó de las marcas, entró sin p
edir permiso al área grande de Juventud y decretó el 2 a 0. Coleoni empezó a realizar los cambios, ingresó Arrigo y salió Acosta, puso más delanteros. Mandó a la cancha a Lucas Rodríguez y sacó a Gorostegui pero el juego continuó siendo a favor de Central que no se desconcentró y se rearmó con más hombres en defensa y mediocampo, apelando a los contragolpes.
Schmil tuvo oportunidades para descontar pero su mala puntería frente al arco alejaba las posibilidades de un posible empate. Se notó un Juventud que no sabía de que manera tomar los hilos del partido y que jugó, sin lugar a dudas, un pésimo partido donde se
notó que faltó además de buen juego, mucha "garra".
Se viene una fecha de descanso, de seguir trabajando para corregir errores, se sabe de la importancia que tiene ganar "en casa" y es por eso que es hora de que los jugadores se pongan b
ien la camiseta y peleen cada partido como si fuera el último si se quiere conseguir el ASCENSO.

Un "bochorno" la organización en las tribunas

La hinchada de Central llegó hasta la provincia de Salta en buen número, la ubicación que le designaron fue una de las plateas que está próxima a donde se ubicó también la gente antoniana. El duelo de hinchadas se desarrollaba con normalidad pero el mal juego antoniano llevó a las cargadas de la gente visitante con insultos y los hinchas antonianos no se quedaron atrás y respondieron de la misma manera. La pelea entre los plateistas locales y visitantes que tan solo estaban separados por 3 metros y sin cordon policial llevó a mayores incidentes porque los santiagueños comenzaron a romper las buatacas y tirárlas a la tribuna donde se encontraban simpatizantes del Santo con sus familias.
La actuación de la policía y gendarmería no apareció a la brevedad y casi pasa a mayores. Por suerte, con la lenta intervención de los "encargados supuestamente de la seguridad" los ánimos entre los hinchas se fue calmando, pero es criticable que no se prevenga las consecuencias que puede provocar que ambas hinchadas estén a menos de 4 metros de distancia y sin control policial desde el inicio.

FOTOS: www.elliberal.com.ar

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