miércoles, 8 de diciembre de 2010

Sin Monzón, Juventud debe empezar una nueva etapa

Juventud Antoniana 1 - 4 Unión (S).


Finalmente, el proceso de Monzón en Juventud Antoniana tuvo el final que se veía venir y ni las estadísticas lograron mantenerlo como técnico.

Desde el principio contó, quizás, no con los jugadores que pretendía para su plantel pero en su mayoría con los mejores jugadores del Argentino A.

No supo hacer que este equipo juegue como tal y llegó como líder del Torneo sólo por individualidades que le salvaron el pellejo más de una vez. Pero por supuesto que el culpable no es solamente el ya ex DT, sino también los que salen a la cancha y que en definitiva terminan tomando las decisiones en cada partido.

"Nadie viene a robar, tenemos un sueldo que no es mucho, sino que es digno", "Estamos para trabajar y no pensamos en perder", fueron las últimas declaraciones del entrenador a la prensa antes de marcharse. Monzón tiene que saber que nadie dice que vino a robar; los hinchas quieren creer que trabajó todos los días aunque después no le haya salido nada pero nada de lo que planteaba en la cancha.

Si para Monzón, hoy en día los jugadores y cuerpo técnico reciben un "sueldo digno", le digo que Ud fue empleado del club, se le pagaba bien, quizás demasiado bien, para que haga su trabajo acorde a lo que percibia y no cumplió.

Además, para los tiempos que corren, para la categoría en la cual está militando Juventud y para una dirigencia que no sabe, muchas veces, negociar sueldos acorde a los presupuestos que manejan, ¿no cree que fue demasiado generoso su sueldo?

Lo que faltó y lo que se espera

"Para jugar al fútbol se nace y no se hace"; teniendo en cuenta esta concepción sorprende demasiado que en los últimos partidos a muchos de los jugadores antonianos les haya faltado algo sustancial que debe tener cualquier futbolista y es la valentía, la entereza, el valor, la energía, el amor propio, en fin, les faltó la hombría suficiente para poder sobreponerse ante resultados adversos y por ende antes los rivales.

Que termine el año es lo mejor que le puede pasar a este equipo antoniano, que se ve abatido anímicamente y además deja mucho que desear futbolísticamente. Se debe hacer borrón y cuenta nueva y empezar a pensar en lo que se viene que será dentro de un mes y medio, cuando arranque nuevamente el campeonato.

Es hora de que los dirigentes hagan un balance de este período. La decisión de un cambio de proyecto es la más acertada para poder revertir a tiempo las cosas y pensar que un cambio tal vez es lo más conveniente.

Ahora, se viene la etapa más decisiva para la vida futbolística e institucional del Centro Juventud Antoniana, porque la selección y finalmente la elección del nuevo técnico es importante porque será la persona que tomará la segunda decisión relevante y es la de ver que jugadores continuarán y quiénes serán los refuerzos que se sumarán al plantel para pelear el último tramo.

A partir de enero, también estará en juego que pasará en lo institucional porque, hoy, se vive un clima de temor y es normal ya que los cambios llevan consigo un poco de incertidumbre. Pero la esperanza es la que mantiene vivos a estos dirigentes que cargan sobre sus espaldas la responsabilidad de lograr, sí o sí, durante su mandato el ascenso al Nacional B.

Esperemos que en el receso que se avecina se tomen las decisiones más acertadas para que el hincha antoniano pueda volver a creer en un proyecto con aspiraciones serias y que lo lleve a vivir la felicidad de ver al Santo en una categoría superior porque ya se cansó y le dice basta a triunfos y liderazgos que sólo “endulzan” un momento, por eso es hora de renovar la esperanza...


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