jueves, 12 de agosto de 2010

A tiempo para corregir errores

Juventud Antoniana 0 -0 Gimansia y Tiro.

El “santo” se fue preocupado por la falta de gol y las pocas opciones que creó, mientras que el “albo” se retiró satisfecho por ser el primer examen luego de una dura pretemporada

En los clásicos no hay amistoso que valga. Y esto quedó demostrado en el Gigante del Norte, dentro de la cancha y en las tribunas, donde se jugó como si fuese por los puntos. Esto fue positivo para aquellos que desafiaron el frío y pusieron color y pasión en las gradas.

En lo futbolístico, el cero le cayó mejor a Gimnasia y Tiro que a Juventud Antoniana. Y esta afirmación tiene sus motivos.

El primero de ellos es que el “albo” recién jugó su primer partido en “serio” y con un rival que tiene mucho más rodaje. El equipo de Salvador Ragusa no desentonó, le jugó de igual a igual al de Pedro Monzón, y hasta manejó por momentos mejor la pelota. Sólido José Valdiviezo, sin fisuras atrás con una línea de cuatro que controló bien a Ermini, Antonelli y Hechalar; con un mediocampo estructurado para pelear, pero a la vez para jugar, donde se destacó el trabajo de Sebastián Garay.

Adelante Kevin Chibán y Diego Núñez le dieron mucho trabajo a Lamolla (la figura) y compañía.

En Juventud, en cambio, su entrenador Pedro Monzón se habrá ido con una mueca de amargura. Si bien atrás tuvo un “patrón” como Lamolla, al “santo” le faltó fútbol, creación y contundencia. Por los costados no sorprendió nunca, los trabajos de Del Mastro y García fueron casi nulos. Hechalar siempre estuvo sólo, y a Ermini y a Antonelli nunca les llegó una “bocha” limpia, salvo un desborde que metió Hechalar y que tapó Valdiviezo. En el asterisco de positivo en el “santo” hay que poner a Carlos Medina y Nievas Escobar, el doble cinco funciona y bien. El capitán le aporta quite y despliegue, mientras que el tucumano ductilidad a la hora de buscar al hombre mejor ubicado. Siempre acertando en los pases.

El clásico anoche sólo duró 45 minutos, que fue lo que aguantó físicamente Gimnasia. En ese lapso llegó un gol mal anulado a Zambrano y un claro penal sobre Chibán que el árbitro Juan Pablo Lagoria (de flojo trabajo) dejó pasar.

Juventud también tuvo lo suyo en los pies de Antonelli, y en una definición de García que terminó en la red de Valdiviezo, pero, como ocurrió con el gol de Zambrano, nadie sabe todavía por qué fue anulado. Fuera de juego nunca hubo.

En el complemento, el partido se fue desdibujando a medida que los entrenadores fueron haciendo los cambios, pero la impresión óptica que quedó en la retina de los hinchas es que a Juventud todavía le falta un patrón de juego, porque para jugar con línea de tres, hacen falta carrileros rápidos, algo que García y Del Mastro están lejos de serlo. Monzón deberá replantearse varias cosas.


Fuente: texto y foto El Tribuno.

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